Cuando una persona tiene una adicción, no solo sufre ella sino que todo su entorno social se ve afectado, tanto la familia, los amigos, como la pareja. En ocasiones, se puede generar coadicción por parte de alguno de ellos, especialmente en el caso de familiares. Es un estado emocional que puede sufrir una persona cercana de un adicto. En esta patología suele ser común querer tener control de los adictos para así poder decidir por ellos. Para conseguirlo vigilan todos sus pasos, les prohiben hacer ciertas cosas o ir con determinadas personas, les pueden llegar a amenazan, etc. Todo por tener dominio sobre el adicto.
La codependencia se define como una forma específica de dependencia emocional producida en algunas personas que tienen una relación afectiva importante con una víctima de cualquier tipo de adicción. En algunas ocasiones, la coadicción es fácilmente reconocible porque presenta todos los síntoma establecido, pero otras veces puede que esté más encubierta. Detrás de un adicto casi seguro que habrá un coadicto.
¿Cómo se crea la coadicción?
La coadicción se empieza a desarrollar cuando el adicto se inicia en el consumo. Él tiende a minimizar su problema, quitándole importancia y no reconociendo su adicción. Cuando su familiar le recrimina su conducta contesta con frases como: <<De vez en cuando no pasa nada>>, <<Yo controlo>> o <<Lo dejo cuando quiera>>. Ante esta complicada situación, el familiar del adicto se ve afectado y puede seguir esta misma actitud y entrar en una etapa contradictoria.
Por una parte, persigue al adicto, le insiste, le obliga y le amenaza para conseguir su objetivo: que deje de consumir. Pero, por otra parte, puede llegar a tener actitudes que empeoren su consumo, incluso se puede llegar a convertir en su cómplice sin ser consciente. La persona cercana puede desarrollar conductas que refuercen su consumo aunque se hagan con la intención contraria. Por ejemplo, cuando le cubres en el trabajo porque no ha acudido, cuando haces su tarea por él, pagas deudas que tiene pendiente por su adicción a la ludopatía…. Son cosas que puedes hacer con la mejor intención, para protegerlo y que no se meta en problemas, pero a la larga no solo no ayudará a solucionar su adicción, sino que todo lo contrario, la reforzará.
Origen del término codependiente
El término codependiente proviene de los años 50 cuando en los Estados Unidos a las esposas de los alcohólicos se les denominaba «co-alcohólicas». Se observó que cuanto mayor adicción al alcohol tenían, la pareja más se involucraba y más atención le prestaba. Las parejas tenían actitudes comunes entre ellas, entre las que destacarían el intento de controlar su consumo, resolver los problemas del adicto, ocultar el alcoholismo de su pareja a las personas de su alrededor… Y se les denominó como codependientes.
En la década de los 70 se utilizó esta palabra para definir a aquellas personas que tenían una relación estrecha con un adicto y generaban conductas perjudiciales para su familiar adicto.
Terapia para la coadicción y dependencia
La coadicción, igual que las adicciones, también se tiene que tratar. Es importante poner fin a una coadicción porque si no se soluciona se seguirá perjudicando al adicto y a su dependencia.
Para poner fin a la codependencia es importante acudir a profesionales. Una manera de tratarlo podría ser a través de la terapia de grupos. En Amasterapia contamos con grupos reducidos para poder ofrecer una atención más especializada. Tratamos tanto la adicción como la codepedencia del familiar adicto, ya que es esencial solucionar ambos problemas.
Síntomas de la coadicción
Una persona coadicta tiene una fuerte dependencia emocional hacia el adicto. Intenta sobreprotegerlo al máximo, ponerlo en una burbuja para que no tenga que enfrentarse a ningún problema, negando la realidad existente.
Cuando hay algún miembro de la familia que padece de drogodependencia es común desarrollar un trastorno de coadicción. Si estás en esta situación y te preguntas si tu puedes padecer de codependencia te mostramos algunas de las actitudes propias de esta patología:
- El coadicto vive por y para la persona adicta. Abandona toda su vida para centrarse exclusivamente en él
- Su único interés y motivación es ayudar al adicto. Deja de lado sus relaciones sociales, hobbies, intereses, etc.
- Se olvida completamente de sí mismo. El coadicto pasa a un segundo plano en su propia vida porque todo gira en torno a la persona adicta.
- Justifica las actitudes del adicto y tolera conductas graves. Se muestra demasiado benevolente con las adicciones de su familiar, intenta quitarle importancia y esconder que tiene una adicción para que nadie se entere, lo considera un tema tabú.
- Asume responsabilidades que no le tocan y que son obligación del adicto. Como la persona que padece de una adicción deja de lado todas sus responsabilidades, el familiar piensa que si las hace por él le está haciendo un favor, cuando sucede todo lo contrario.
- Sentimiento de culpa. En parte, se siente responsable de la adicción de su familiar, ya sea por no haberlo detectado antes, porque cree que podría haber hecho algo antes o porque piensa que por su culpa esa persona se ha introducido en el mundo de las drogas. Sentimientos ilógicos.
- Su estado anímico depende del adicto. Tal es la dependencia emocional que tiene el coadicto que si el adicto está mal él también y si el adicto está bien él también lo está. Es peligroso porque es un síntoma de estar sometido.
- Tiene un sentimiento de frustración cuando no puede ayudar al adicto. Controlar las actitudes de una persona que tiene una adicción es excesivamente complejo porque tiene una dependencia emocional y física.
- Acaba padeciendo algún trastorno de ansiedad o estrés. Afrontar esta situación requiere de un gran desgaste emocional que afecta negativamente a la salud mental y que puede llegar a desembocar en trastornos mentales que requerirán de la ayuda de profesionales.
- Su calidad de vida disminuye porque toda su energía se concentra en intentar «salvar» al adicto, ser el «héroe salvador» y pierde el control de su propia vida.
Familiares de personas adictas: ¿Qué hacer?
Cuando alguien próximo tiene un trastorno de adicciones todo su entorno se ve afectado porque se generan dudas, desconfianza e incluso un mal ambiente familiar porque nadie sabe cómo comunicarse con él, cómo ayudarle ni cómo enfrentar la adicción de su ser querido.
Si eres el familiar de un adicto tienes que saber que no estás solo y, por lo tanto, no ha de recaer sobre tus hombres todo el peso de ayudarle. Los profesionales podrán conseguir que el adicto deje atrás su dependencia porque disponen de métodos eficaces y de los conocimientos necesarios.
No te tienes que sentir responsable por la adicción de otra persona, no tienes la culpa que empezara a consumir y que desarrollara un trastorno de adicciones. Ni tampoco recae sobre ti la responsabilidad directa de salvarlo. En estos casos no existe el «héroe salvador» que con su esfuerza conseguirá que el adicto deje de consumir. La realidad es que si no acude a un especialista será difícil que se pueda curar.
En ningún caso has de justificar actitudes que refuercen su adicción, ya sea defendiéndolas u ocultando su adicción para que nadie se entere por vergüenza. Llámale al problema por su nombre, sin que se convierta en un tema tabú lleno de perjuicios.
Tratamiento para las adicciones
Amasterapia es un centro de adicciones en Valencia que proporciona apoyo a los familiares de personas con drogodependencia, a parte de ayudar a los adictos. Ofrecemos apoyo y asesoramiento a los pacientes y a su entorno más cercano. Acompañamos en el proceso de recuperación, hasta alcanzar la abstinencia total y la recuperación de su calidad de vida a nivel físico y emocional.
Contacta con nosotros y estudiaremos el caso para encontrar la mejor forma de ayudarte, tanto si eres la persona que sufre la adicción como su familia, para conseguir nuestro principal objetivo: la rehabilitación e inserción total.