En la consciencia social, existe la idea de que cuando se habla de drogas sólo se hace referencia a sustancias tóxicas y estupefacientes. Tales como el alcohol, el cannabis, la cocaína o el éxtasis. Este contexto mental es así porque la sociedad tiende a pensar en los efectos negativos que provocan sobre la salud y en la adicción que crean las drogas. Sin embargo, actualmente existen muchos otros productos que generan la misma capacidad adictiva y que pueden resultar perjudiciales para el organismo. Uno de ellos es conocido como la benzodiacepina. Hoy te contamos qué son y en qué consiste la adicción a las benzodiacepinas.

¿Qué son las benzodiacepinas?

Las benzodiacepinas son una clase de fármacos psicotrópicos que causan efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos y anticonvulsivos. Se utilizan para reducir la ansiedad, el insomnio, la abstinencia alcohólica, la epilepsia, entre otros padecimientos. Por su función y su grado de peligrosidad en caso de uso indebido, se distribuyen bajo prescripción médica.

Las benzodiacepinas son un medicamento seguro y eficaz, pero tomarlas durante más días de los recetados o en un número excesivo de dosis puede generar dependencia. Por ello, su consumo siempre debe ser consultado ante un médico para que analice si es conveniente para tratar los síntomas del paciente.

Como la mayoría de las sustancias que generan adicción, las benzodiacepinas actúan sobre la misma región del circuito cerebral, el sistema dopaminérgico. Una sección que se encarga de gestionar el mecanismo de recompensa natural, basado en obtener placer al realizar actividades que generan satisfacción. Como por ejemplo, el que se obtiene al alimentarse con la comida o practicar el acto sexual.

Debido a su potencial adictivo, las benzodiacepinas deben recetarse por periodos breves de tiempo. En caso contrario, pueden generar dependencia y acabar convirtiéndose en un serio problema para la salud. En la mayoría de los casos de adicción a las benzodiacepinas, las personas que se vuelven adictas acaban tomando este medicamento de forma constante. Existe constancia de pacientes que han llegado a tomar el fármaco durante 20 años. El problema de este hecho radica en que, aunque al principio esta medicación mejora su estado de salud, a la larga acaba provocando un daño considerable.

Tipos de benzodiacepinas

Existen diferentes clases de benzodiacepinas las cuales se pueden clasificar según sus características. Una de las maneras más frecuentes de hacerlo es según la vida media con la que cuenta el fármaco mientras permanece en el organismo. Basándonos en esta clasificación, se pueden identificar tres grandes grupos de benzodiacepinas con aspectos que se adaptan de una forma u otra a cada situación médica.

Benzodiacepinas de vida corta

Este tipo de benzodiacepina permanecen durante un tiempo inferior a doce horas en el organismo. Razón por la cual no son adecuadas para tratar trastornos de larga duración, como los de ansiedad duradera. Las benzodiacepinas de vida corta, a diferencia de las de otras clases, son las que actúan más rápidamente. Hecho que supone una gran ventaja a la hora de combatir la aparición de síntomas ansiosos bruscos, como los episodios de ansiedad; o los problemas que únicamente requieren una relajación momentánea, como los problemas para conciliar el sueño. El principal inconveniente de esta variante del fármaco es que, cuando se extinguen sus efectos, el consumo puede volverse más habitual. Lo que aumenta las probabilidades de que acabe creando dependencia. Por otra parte, los efectos secundarios que genera frente a los otros tipos de benzodiacepinas son mayores en número.

Benzodiacepinas de vida intermedia

A medio camino entre las de vida corta y las de vida larga se encuentran las benzodiacepinas de vida intermedia. Éstas son de actuación temprana, aunque no tan inmediata como las de acción breve. Su duración se estima entre doce y veinticuatro horas.

Benzodiacepinas de vida larga

La gran ventaja de las benzodiacepinas de larga duración es que se mantienen en el organismo durante mucho tiempo. Lo que es enormemente útil para tratar los trastornos de ansiedad. No obstante, el hecho de que permanezcan un período tan largo en el organismo hace que éste se exponga a una acumulación constante de los efectos de las dosis. En consecuencia, el fármaco podría tener efectos sedantes no deseados.

Las benzodiacepinas de vida larga tardan un tiempo en hacer efecto, la cual no las hace útiles para tratamientos donde se necesita una respuesta inmediata. Se estima que su duración y su acción en el organismo puede llegar a más de treinta horas después del consumo.

Consecuencias de la adicción a las benzodiacepinas

Una de las principales consecuencias de consumir benzodiacepinas durante un período de tiempo excesivo es la aparición de un trastorno por dependencia. Este hecho puede sucederse tanto a causa de una duración mayor de lo habitual del tratamiento, como por tomar dosis con una cantidad elevada.

Cuando se padece de adicción a este fármaco, el paciente se acostumbra a tomarlo habitualmente y se vuelve incapaz de dejarlo. Por otra parte, si lo intenta, es muy probable que llegue a experimentar los síntomas de la abstinencia.

Otro de los efectos secundarios de la adicción a las benzodiacepinas es la alteración de la capacidad de tolerancia. Con el paso del tiempo, el fármaco deja de hacer efecto y el cuerpo se acostumbra a ellas. En consecuencia, el paciente necesita cada vez una dosis mayor para conseguir el mismo efecto que al principio.

La coprescripción es otro de los efectos asociados a la adicción a este medicamento. Su padecimiento afecta a las personas que asocian su dolor con otros problemas. Como por ejemplo, la ansiedad y el insomnio. Por esta razón, a los pacientes se les prescribe un opiáceo y una benzodiacepina. Sin embargo, cuando se intenta retirar la medicación, éste lo rehúsa porque afirma sentirse bien. Lo que puede significar que esté desarrollando una dependencia a las benzodiacepinas.

Efectos de la adicción a las benzodiacepinas

El consumo abusivo de benzodiacepinas genera además, una serie de efectos secundarios que afectan tanto a nivel cognitivo como psicomotor. Algunos de los efectos más habituales de la adicción a las benzodiacepinas son:

  • Pérdida de concentración
  • Problemas de memoria
  • Descenso del rendimiento
  • Falta de reflejos
  • Mareos
  • Vértigos
  • Alucinaciones

Los perjuicios a nivel psicomotor tienen una especial importancia, ya que pueden provocar accidentes, caídas, etc. Por otro lado, una sobredosis por consumo de este fármaco puede provocar depresión respiratoria y muerte. A largo plazo, tomar benzodiacepinas puede aumentar el riesgo de demencia llegando a desarrollar enfermedades como el Alzheimer, y un incremento de la mortalidad, sobre todo en personas de edad avanzada. Algunos estudios señalan el riesgo de padecer de cáncer con un consumo prolongado de estos medicamentos. Finalmente, no hay que olvidar que todos estos efectos adversos se potencian si se usa alcohol u otras sustancias con efectos depresores sobre el sistema nervioso central.

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