En los últimos tiempos, se ha incrementado la adicción a las nuevas tecnologías. El Informe Mobile en España y en el Mundo 2020 de Distrendia refleja que 7,6 millones de españoles se consideran adictos a sus smartphones. Un 61% afirmó que el inicio y el final de su día está marcado por su teléfono móvil, porque mirarlo es lo primero que hacen al levantarse y lo último antes de acostarse. Hasta un 3,7 millones son incapaces de estar más de una hora sin consultarlo.
Datos de la VI Edición del Estudio sobre Adicción al Móvil realizado por Raestreator, desvela que se ha producido un incremento en la utilización de las tecnologías. De media, las personas pasan 4 horas y 10 minutos al día con su móvil, y un 22% está más de 5 horas.
Nomofobia: el terror provocado por la tecnología
La adicción a las nuevas tecnologías ha creado un nuevo término: la nomofobia, que se define como el miedo irracional a no tener el teléfono móvil y sentirse desconectados tecnológicamente. La persona adopta un comportamiento repetitivo vinculado al móvil, ya sea revisando constantemente las redes sociales, enviando mensajes, realizando llamadas… Cualquier acción que implique estar con sus smartphones.
Actitudes para identificar a un adicto al mundo tecnológico
Hoy en día, es habitual disponer de conexión a Internet y contar con diferentes dispositivos tecnológicos, como portátiles o móviles. Pasamos mucho rato mirando pantallas: en el trabajo con los ordenadores, en casa mirando series y películas en la televisión, curioseando las redes sociales o subiendo contenido y hablando con amigos por WhatsApp.
La tecnología forma parte del mundo actual y nos absorbe sin que seamos conscientes. Es casi imposible pasar un día entero sin tener contacto con ningún aparato tecnológico. Así que, ¿Como se diferencia entonces una adicción al móvil de alguien que simplemente hace uso de la tecnología? Podemos seguir las siguientes claves para determinar esta adicción:
- No puede salir a la calle sin el móvil o no tenerlo cerca. Le resulta imposible acudir a un sitio sin su teléfono móvil. Es impensable que vaya a un lugar y no disponga de su teléfono.
- Le produce angustia y ansiedad estar sin el móvil. Si pasa mucho rato sin consultarlo se pone nervioso y empieza a sentirse angustiado porque necesita tener siempre a la vista su móvil. Le sucede lo mismo si dispone de poca batería y no puede cargarlo en ese mismo momento.
- Pasa muchas horas frente a su pantalla. Ya sea revisando las redes sociales, mirando vídeos, jugando a juegos del móvil… Cualquier acción que implique estar utilizando su móvil. Realizando todas estas acciones entra en un bucle de tiempo en el que se puede pasar horas y horas sin que se dé ni cuenta.
- No puede hacer una actividad sin estar con el móvil. Incluso le dificulta la comunicación con su entorno y empeora sus relaciones sociales porque le da igual que haya personas conocidas presentes, lo utiliza igualmente. Está con el móvil aunque haya quedado con amigos, esté en una comida familiar o hablando con alguien. Puede incluso cortar una conversación por mirar su móvil y comprobar si tiene alguna novedad. Y repetir esta acción minutos después, aún habiendo verificando anteriormente que no tenía ninguna notificación. Necesita revisar el teléfono innumerable veces. Incluso hay personas que tienen la sensación le envían mensajes o que le suena el teléfono cuando no es verdad.
- Aislamiento. Es curioso como alguien que está muchas horas con el móvil tiene el objetivo de enterarse y estar al corriente de todo lo que sucede en el mundo virtual y le conecta con personas lejanas, pero a la vez marca una distancia y le aleja de las cosas que pasan en su entorno más cercano.
- Alteración de sueño. Antes de dormir necesita estar con el móvil. Van pasando horas y horas, y esa persona sigue revisando su teléfono. Por este motivo, puede tener insomnio y una mala calidad del sueño.
- Dolor de cabeza y cuello. De pasar tantas horas con un dispositivo tecnológico acaba doliendo la cabeza y también el cuello de tener la cabeza agachada mirando la pantalla.
- Estar despistado con todo lo que le rodea. Para estar con el móvil se aleja del mundo real para sumergirse en el mundo virtual. Desconecta tanto de lo que sucede en su entorno que no se acaba enterando de nada.
- Abandono de las obligaciones. Por ejemplo, de los estudios, si se trata de un adolescente. Deja de lado sus labores por destinar demasiado tiempo al uso de su móvil.
Es tan habitual el uso de la tecnología que se normaliza conductas tóxicas y de dependencia. Estar pendiente todo el rato del móvil, no poder salir sin él o estar 1 hora mirando el teléfono antes de dormir no son conductas normales.
¿Qué hacer si alguien de mi alrededor tiene nomofobia?
La adicción a las nuevas tecnologías es muy común entre los adolescentes que han crecido siempre con Internet y no saben lo que es la vida sin él. Ellos son los que están más activos en las redes sociales, es extraño encontrar algún joven sin Instagram o Twitter, por no hablar de WhatssApp. Pero, cabe destacar que no solo los más jóvenes sufren de esta adicción, aunque sean los más propensos. También hay adultos que tienen dependencia de sus móviles, en ocasiones, se justifican en motivos laborales.
La adicción al móvil no está tipificada como trastorno en las clasificaciones homologadas de enfermedades mentales, pero sí como una adicción sin sustancia. Si la dependencia es muy evidente lo mejor es buscar ayuda de profesionales porque, como sucede con todas las adicciones, la persona no está en sus plenas capacidades mentales para tomar la decisión de dejar atrás su adicción.
¿Cómo ha afectado la pandemia a la adicción a la las nuevas tecnologías?
Durante la pandemia, se ha producido un incremento del uso de la tecnología. Se ha pasado mucho tiempo en casa y los dispositivos han servido para distraernos, evadirnos y, a la vez, conectarnos con las personas que no podíamos ver. Pero, un abuso y un uso excesivo puede desencadenar en consecuencias negativas para la salud, como una fuerte dependencia que se acaba convirtiendo en adicción.
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