Consumir sustancias como el alcohol, drogas u opioides afecta directamente al descanso, ya que se altera el ciclo del sueño normal. Los problemas de descanso están relacionados con el abuso frecuente de sustancias, aunque no es necesario llegar a la adicción para desarrollar trastornos del sueño, pueden empezar mucho antes.
En Amay A.MAS Terapia disponemos de tratamientos específicos para cada adicción, y seguirlos ayudará a paliar los trastornos del sueño y reencontrar el descanso que necesitamos.
Relación ciclos de sueño y abuso de sustancias
La relación entre los problemas del sueño y el abuso de sustancias es compleja; una persona que consume o con una adicción, aunque sea sin sustancias, tiene más probabilidad de sufrir alteraciones del sueño. Tampoco es rara la situación en que los problemas con el descanso llevan a consumir sustancias para mejorarlo. El problema puede aparecer en ambos sentidos, sin un orden específico ni una causalidad característica.
El ciclo del descanso, llamado ciclo sueño-vigilia, está regulado por un conjunto de redes neuronales que controlan los diferentes aspectos de los estados de vigilancia del cerebro. Este ciclo controla el estado metabólico, el ritmo circadiano, la duración del sueño y los niveles de estrés, transmitiendo esta información a los circuitos neuronales para garantizar un buen descanso.
El consumo de alcohol y otras drogas afecta al organismo impactando principalmente en el cerebro y la red neuronal. De modo que, dicho de manera rápida y sencilla, pueden alterar la estabilidad mental de la persona haciendo que pierda el control sobre sí misma.
El abuso de estas sustancias, sufrir una adicción o encontrarse en período de abstinencia generan diferentes alteraciones en el descanso, lo que impide dormir con normalidad. Estos problemas de sueño varían según la sustancia que se consuma y no solo afecta de manera consciente, sino que también afecta de manera inconsciente alterando y modificando los patrones normales del sueño y haciendo aparecer el insomnio, que es uno de los efectos sobre el sueño más comunes que se relacionan con el consumo de alcohol y/o otras drogas.
En general, los efectos que puede generar cada sustancia son variados dependiendo de si se trata de estimulantes, cannabis (hachís o marihuana), hipnóticos o alcohol, entre otras. Pero, la consecuencia principal es el cansancio continuo, acompañado de cambios de humor, falta de energía y motivación, y una disminución de las capacidades cognitivas.
Características de las principales adicciones que causan alteraciones en el sueño:
- Adicción al alcohol:
El alcohol, según estudios de adicciones, es el ansiolítico e hipnótico más utilizada en occidente y su consumo tiene como resultado un efecto que inicialmente induce el sueño. A pesar de ello, el consumo habitual, como el consumo de una persona adicta, deteriora la calidad del sueño y el descanso. Además, este problema se agrava durante el período de abstinencia.
El consumo social con dosis bajas no tiene efectos tan claros que empeoren la calidad del sueño, pero a medida que la dosis aumenta, aunque siga siendo consumo social, el alcohol produce un efecto similar al de un hipnótico.
Las personas adictas al alcohol suelen presentar una disminución del sueño profundo de forma prolongada y un descanso fragmentado, es decir, no consiguen dormir varias horas de sueño seguidas, sino que lo hacen en períodos cortos de tiempo, en “turnos” de 1 o 2 horas. Este fenómeno se vuelve más claro en el período de abstinencia y, de hecho, uno de los factores principales de las recaídas en el alcoholismo tras un período de abstinencia es la persistencia de las alteraciones del sueño.
Entre los efectos más habituales del trastorno de sueño inducido por el alcohol se encuentran:
- Despertares súbitos y repentinos con sudores.
- Dolor de cabeza.
- Boca seca.
- Adicción a la cocaína (estimulantes):
Los estimulantes, como la cocaína, disminuyen la sensación subjetiva de necesidad sueño. Eso provoca que en muchas ocasiones las personas adictas no tengan una percepción clara de su alteración del sueño.
Este tipo de drogas estimulan las células neuronales haciendo que la información que se transmite entre ellas lo haga más rápidamente. El elevado nivel de actividad en el cerebro tras este panorama incide en el estado psicológico de la persona adicta y, de forma inevitable, en su conducta, debido al incremento del procesamiento de los datos.
En concreto, la cocaína como estupefaciente tiene un efecto estimulante sobre el ánimo, ya que aumenta la actividad neuronal y sensibilidad ante cualquier tipo de estímulo. Esto provoca períodos de euforia, disminuye el tiempo total del sueño y altera su continuidad. En los períodos donde la persona adicta no consume de forma regular o se encuentra en un período de abstinencia, es posible que haya un aumento del tiempo total de sueño y descanso, así como la aparición de somnolencia durante el día.
Entre los efectos más comunes que presenta un trastorno del sueño inducido por el abuso de estimulantes como la cocaína se encuentran:
- Dificultades a la hora de conciliar el sueño.
- Cambios de conducta.
- Insomnio severo.
- Despertares espontáneos y repentinos.
- Adicción al cannabis (marihuana y hachís):
El consumo de cannabis en altas dosis disminuye el sueño REM, períodos de sueño muy cortos en los que la actividad cerebral es casi tan alta como durante la vigilia, manteniendo el cuerpo relajado y siendo vital para el correcto descanso y reparador.
El uso de cannabis también se relaciona con el aumento del sueño más fragmentado. En períodos de abstinencia de consumo de cannabis, se reduce la calidad del sueño y se producen sueños extraños y pesadillas. Dado su efecto relajante, uno de los problemas que presentan las personas adictas al cannabis en períodos de abstinencia, es la imposibilidad de concebir el sueño de forma natural, derivada de la tolerancia al estímulo relajante de la sustancia.
Entre los efectos más comunes que presenta un trastorno del sueño inducido por el abuso de estimulantes como la cocaína se encuentran:
- Alteraciones en el ciclo normal del sueño.
- Incremento de vigilia a lo largo de la noche.
- Efectos alucinógenos.
- Adicción a los opiáceos e hipnóticos:
Los opioides producen reacciones de alertamiento dependientes de la dosis, con aumento de la actividad muscular y de los movimientos corporales durante el ciclo de sueño. El consumo de hipnóticos provoca una disminución en casi todas las fases del sueño.
Algunos pacientes afirman haber tenido insomnio ocasional en la conciliación y mantenimiento del sueño y, respecto al periodo de abstinencia, durante las primeras 3 semanas aproximadamente, se produce un aumento de la actividad en el sueño y, sobre todo, la aparición habitual de insomnio.
En este sentido, existe el riesgo de que el insomnio prolongado provoque una recaída en el consumo de estas sustancias.
Entre los efectos más comunes que presenta un trastorno del sueño inducido por el abuso de opiáceos e hipnóticos se encuentran:
- Somnolencia excesiva.
- Falta de coordinación.
- Episodios de inquietud.
- Aumento de ansiedad y nerviosismo.
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