Que el consumo de drogas y alcohol incrementa el riesgo de morir en carretera no es ningún secreto para conductores y pasajeros. Aun así, los usuarios de sustancias a menudo cogen el coche tras haber consumido provocando graves accidentes y su propia muerte.

En este caso, el consumo ocasional de alcohol o drogas, no es menos grave que la adicción, pues los síntomas al conducir se dan en ambos perfiles y, además de ser un delito, es una apuesta con muchos números para ocasionar un accidente que puede ser muy grave o mortal.

Las autoridades incrementan la supervisión a los conductores

Ya en Julio podíamos leer en las noticias que un 49,4% de los conductores fallecidos había tomado alcohol o drogas, un 0,7% más que en 2020 y un 3,9% más que en 2021.

Por ello, durante la última semana de agosto, se instaló en Valencia un dispositivo policial de 24h en zonas estratégicas de la ciudad para la prevención del tráfico de drogas. En él participaron las siete comisarías de Valencia y 200 agentes de la Policía Nacional para identificar comportamientos ilegales y aplicar las sanciones necesarias.

Estos datos no serían destacables si no fuera porque, durante ese corto periodo, las autoridades identificaron a 338 personas y se aplicaron 132 sanciones por posesión de drogas.

Los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas

Si los efectos secundarios del consumo de drogas ya ponen en riesgo la salud de una persona, conducir bajo los síntomas de cualquier estupefaciente, compromete la supervivencia al volante de forma directa y grave.

Una actividad cotidiana -a veces ineludible para el usuario- como conducir, se vuelve un agravante del peligro al que ya quedamos expuestos solamente al consumir. De la misma forma, tomar alcohol o drogas si se debe conducir, transforma esta actividad en una acción temeraria y peligrosa.

Por menospreciar la potencia de los efectos de las sustancias, por urgencia para coger el coche sin poder esperar a estar sobrio o limpio e incluso con la excusa de prevenir la somnolencia. Son muchos los conductores que deciden ponerse en riesgo sin tener en cuenta los efectos que pueden experimentar o que, incluso tras la desaparición de que los efectos estimulantes, el influjo de la droga seguirá presente, alterando su comportamiento y percepción.

La repercusión al volante de los distintos tipos de droga

Tanto el consumo de estupefacientes como el síndrome de abstinencia de los mismos, producen síntomas que, si habitualmente ya afectan de forma grave a la calidad de vida, en la carretera resultan altamente peligrosos. Aunque los conductores puedan considerar que hay algunas drogas más peligrosas que otras, restándole importancia al consumo de alguna sustancia concreta, todas tienen efectos en el organismo, deprimiéndolo o excitándolo a límites indeseados. Esto afecta indudablemente en una actividad que, no solo requiere atención, sino también orientación, paciencia, concentración y comprensión, además de velocidad de reflejos.

Así es como repercute cada tipo de sustancias en la conducción:

  • Drogas estimulantes: cocaína, anfetaminas, speed, nicotina y xantinas (cafeína, teína y teobromina).
      • Agitación.
      • Más tolerancia al riesgo, sensación de confianza y consiguiente toma de decisiones temerarias
      • Conductas impacientes, agresivas y competitivas.
      • Menor sensación de fatiga que promueve la aparición de cansancio físico real al no realizar paradas pensando que no es necesario.
      • Inquietud e impulsividad.
      • Efecto rebote cuando la estimulación artifical cesa.
  • Drogas perturbadoras: drogas de síntesis como éxtasis o MDMA, alucinógenos como LSD o peyote y derivados del cannabis.
      • Estados de conciencia alterados.
      • Ilusiones ópticas.
      • Episodios de ansiedad o depresivos.
      • Alteración de la percepción y la recepción de la información externa.
      • Alteraciones en el pensamiento y consiguiente toma de decisiones incorrectas.
      • Disminución de los reflejos y la coordinación motora.
      • Conductas emocionales imprevisibles debidas a la sensación de euforia.
      • Flashbacks (regreso inesperado de los efectos tras horas sin sufrirlos).
         
  • Drogas depresoras: alcohol, cannabis, opiáceos (como heroína, morfina y metadona), ansiolíticos, hipnóticos (medicamentos para dormir) y relajantes musculares.
      •  Somnolencia.
      • Ralentización de los movimientos y de la toma de decisiones.
      • Alteración de la percepción.
      • Incremento de las distracciones.
      • Falsa sensación de control y adopción de actitudes y decisiones temerarias.

¿Qué consecuencias legales puede tener este delito para los conductores?

Según el artículo 379.1 del Código Penal, en caso de alcoholemia, una tasa de entre 0,26 mg/l y 0,50 mg/l implica multa de 500€ y cuatro puntos del carnet. Entre los 0,50 mg/l y los 0,60 mg/l, la multa asciende a 1.000 euros y seis puntos.

Superar los 0,61 mg/l supone sanción penal. Las penas, que en cualquier caso suponen la privación del permiso de conducir de 1 a 4 años, pueden suponer prisión de 3 a 6 meses, de 6 a 12 meses de multas económicas o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días.

Por todos esos motivos, pero sobre todo por los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, es necesario dejar el consumo.

El auge de este delito no es un cúmulo de casualidades en las que se han identificado diversas personas cuyo consumo al volante era fortuito. El resultado de estos controles y de los informes sobre drogas y mortalidad, indica que hay más personas de las que se podría pensar que se arriesgan de forma habitual a coger el coche bajo los efectos de alguna droga. Tomar esta decisión de forma consciente, puede indicar un consumo frecuente asociado a una adicción. Por ese motivo, es conveniente examinar si realmente existe una dependencia y, en caso afirmativo, actuar cuanto antes en consecuencia.

Dejar de consumir es posible

En Valencia, Junto a la Estación del Norte y Joaquín Sorolla, se encuentra Amay | A.MAS – Tratamiento de Adicciones, un centro en el que profesionales expertos en adicciones se ponen al servicio de cualquier usuario con dudas, inquietudes o preocupaciones y problemas derivados de las drogas de forma cercana y con métodos que funcionan.

Basados en la experiencia Minnesota, los profesionales de Amasterapia se adaptan a las necesidades actuales y personales de cada usuario. El equipo siempre se ajusta al ritmo necesario para garantizar el correcto progreso del paciente y sin listas de espera.

El objetivo es, mediante sesiones presenciales que facilitan una comunicación más clara y positiva, combatir la dependencia a cualquier sustancia y lograr que la persona alcance una vida de calidad con salud física y emocional.

Pedir cita para una primera visita orientativa es el primer paso. Llámanos al teléfono 638 542 814 o envía un formulario y te llamaremos nosotros para conocernos sin compromiso.