Desarrollar una adicción es de las peores cosas que le puede ocurrir a una persona. El proceso de autodestrucción por el que pasa el adicto, así como los daños colaterales que genera a su entorno acaban perjudicando muy seriamente tanto su salud física como emocional. Por esta razón, antes de llegar a este extremo, pensar en los efectos de dejar el alcohol puede ser una buena idea y el primer paso hacia la recuperación. Por otra parte, ingresar en un centro de rehabilitación del alcohol en Valencia es la solución más recomendable para conseguir ayuda y así poner fin al problema con la bebida. Cuando se habla de adicciones, el alcohol siempre aparece en primer lugar, y se trata de la droga más consumida en el mundo y la que más problemas genera. No obstante, aunque dejar de beber tiene muchísimos beneficios, no es fácil. Por ello, hoy te damos algunos consejos sobre los efectos de dejar el alcohol para que puedas empezar a abandonar la adicción.
¿Cómo daña el alcohol al organismo?
El alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso central, con lo cual afecta al sistema psicomotriz provocando somnolencia, sensación de agotamiento y, en casos extremos, paro respiratorio y muerte. Estos síntomas se producen a corto plazo. A largo plazo, el alcohol puede tener efectos mucho más severos. Por ejemplo, daños en el aparato digestivo, a nivel cardiovascular, en las neuronas y hasta en la sangre. Todas estas consecuencias aparecen por un consumo de alcohol abusivo y prolongado en el tiempo.
Efectos de dejar el alcohol para la salud
Superar una adicción es un proceso largo y difícil. No obstante, si se consigue, los beneficios de dejar la bebida son muchos e inciden tanto a nivel fisiológico como psicológico. Hay que tener en cuenta que éstos se producen simplemente por el hecho de dejar de beber, aunque una persona no tenga diagnosticada una adicción. Es decir, estos efectos de dejar el alcohol son aplicables a todas las personas que consuman bebidas alcohólicas en mayor o menor proporción, y que deciden dejar de beber. Algunos de estos efectos de dejar el alcohol más destacados son:
Mejora del sistema inmune
Consumir alcohol frecuentemente aumenta el riesgo de desarrollar todo tipo de enfermedades, especialmente las causadas por un virus o por bacterias. Al beber alcohol, el sistema inmune se debilita, ya que esta sustancia inhibe un tipo de proteínas que coordinan la respuesta del sistema inmune. Por ello, dejar el alcohol proporciona una mayor inmunización frente a diferentes patógenos que pueden provocar enfermedades.
Pérdida de peso
Beber alcohol engorda considerablemente. Por esta razón, si se deja de beber es fácil empezar a perder peso y mejorar la constitución corporal. Aunque el principal beneficio afecta a la salud, también dispone de una ventaja a nivel estético. Hay dos motivos que explican la pérdida de peso cuando se deja de beber. Por un lado, porque se evita la ingesta de las calorías que contiene esta droga. Y, por el otro, porque el alcohol estimula otros sentidos, aumentando el apetito en muchas ocasiones.
Mejor estado de ánimo
Al dejar de beber, una persona adicta tiene la posibilidad de iniciar una nueva vida sin que ninguna sustancia tóxica controle su mente y sus emociones. Las personas alcohólicas se muestran a menudo irritables y con cambios de humor negativos, ya sea en fase de borrachera o de abstinencia. Lo que perjudica gravemente su salud emocional y la de las personas de su alrededor.
Mejor rendimiento de los procesos cognitivos
Muchos estudios en el campo de las adicciones han demostrado que dejar el alcohol beneficia el rendimiento de las capacidades cognitivas, como la memoria y la atención. Lo que significa que las personas que beben con frecuencia, y especialmente aquellas adictas al alcohol, tienen más dificultades para concentrarse o para retener la información tanto a corto como a largo plazo. Además, también pueden parecer más lentas a la hora de hablar o de razonar. Es decir, que tienen la mente menos despejada y encuentran una mayor dificultad a la hora de expresar-se. Por este motivo, dejar la bebida servirá para estar más despierto a nivel psicológico, para pensar más rápido y para tener más memoria.
Se evitan enfermedades de estómago y de hígado
Beber alcohol genera consecuencias a largo plazo como la posibilidad de desarrollar enfermedades de varios tipos. Las más frecuentes son las que afectan al hígado y al estómago. Si una persona decide dejar la bebida, reducirá considerablemente el grado de riesgo de padecer alguna de estas enfermedades, como por ejemplo, cirrosis, hepatitis, cáncer de estómago, esofagitis, entre otras. En cuanto a los efectos de dejar el alcohol más importantes que inciden sobre el hígado son sobretodo un menor esfuerzo para procesar menos grasa y un mejor funcionamiento.
Beneficia el aspecto de la piel
Al tomar bebidas alcohólicas con frecuencia se elimina más orina que de costumbre. En consecuencia, el cuerpo se deshidrata y la piel se reseca, perdiendo algunas de sus características (el tono, el color, la textura, etc.). Al dejar de beber, se incrementa la hidratación de la piel y, en consecuencia, también mejora su aspecto, luciendo más brillante y saludable.
Beneficia la capacidad para descansar
El alcohol altera los patrones de sueño de las personas que beben. Por lo que, una vez se abandona el consumo de bebidas alcohólicas, estos patrones pueden volver a la normalidad permitiendo gozar de un sueño correcto y sano. Para la persona que deja de beber, significa que se consigue un sueño más reparador y menos fragmentado.
Previene el padecimiento de cáncer
Numerosos estudios sobre la incidencia del alcohol en el organismo sugieren que el hecho de no beber esta droga puede prevenir algunos tipos de cáncer. Por ejemplo, el cáncer de boca, el de mama y el de laringe.
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