Tomar alcohol es algo relativamente normal, ya que se trata de una droga aceptada socialmente y muchas veces se tiende a relativizar los peligros de su consumo. Cuando se sobrepasan los límites que la persona puede soportar hablamos de intoxicación alcohólica o sobredosis. Los efectos de sufrir una intoxicación por alcohol pueden ser muy graves y, en el peor de los casos, provocar incluso la muerte.

Desde Amay A.MAS Terapia te explicamos qué es la sobredosis alcohólica y por qué es tan peligrosa para el organismo.

¿En qué consiste una sobredosis por alcohol?

Cuando una persona toma grandes cantidades de alcohol en un período corto de tiempo tiene el riesgo de sufrir una sobredosis. Esto se debe a que la gran cantidad de la sustancia en la sangre que afecta a las áreas del cerebro que controlan las funciones vitales básicas como son la respiración o la frecuencia cardíaca, las cuales comienzan a inhibirse.

Algunos de los síntomas más habituales son:

  • Respiración lenta y/o irregular
  • Confusión
  • Piel fría y húmeda
  • Problemas para respirar
  • Vómitos
  • Desmayos o dificultad para permanecer consciente
  • Convulsiones
  • Temperatura corporal baja o muy baja (hipotermia)
  • Falta del reflejo de náusea

Padecer una sobredosis etílica puede conllevar el desarrollo de graves complicaciones para el usuario como ahogarse con su propio vómito, experimentar una respiración y frecuencia cardíaca irregulares que pueden llegar a detenerse, desarrollar hipotermia e hipoglucemia (concentración de azúcar muy baja en la sangre) y deshidratarse de forma severa afectando al cerebro permanentemente.

¿Por qué ocurre una sobredosis por alcohol?

Como se sabe, el alcohol es absorbido por el cuerpo con relativa rapidez a diferencia de los alimentos, que pueden tardar horas en digerirse. Además, el organismo tarda más tiempo en deshacerse del alcohol si no se ha comido a diferencia de una persona que sí lo haya hecho.

La consecuencia principal del consumo de bebidas alcohólicas es el aumento del nivel de alcohol en la sangre. Para medir la cantidad de esta sustancia en el torrente sanguíneo se utiliza un indicador conocido como BAC, por sus siglas en inglés (Blood Alcohol Content). Este indicador mide los gramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre. Se considera como consumo excesivo de alcohol cuando el BAC llega a 0,08 gramos. Esto se produce habitualmente cuando una mujer ha tomado cuatro bebidas y un hombre ha consumido cinco copas en un periodo de aproximadamente dos horas. Cuando este indicador supera por el doble o más los límites considerados como consumo excesivo estaríamos hablando de consumo peligroso.

En los casos más graves el BAC se encuentra entre el 0,31 y el 0,45. Con estas cifras el riesgo de sobredosis es potencialmente mortal debido a la supresión de la temperatura corporal, la respiración y la frecuencia cardíaca.

Circunstancias con riesgo de sufrir una sobredosis de alcohol

Existen una serie de factores que pueden incrementar el riesgo de padecer una intoxicación etílica. Entre los principales encontramos:

  • Peso y complexión física.
  • Combinar el alcohol con otras drogas.
  • El nivel de tolerancia
  • La edad
  • Los antecedentes familiares
  • No haber comido: las personas que consuman alcohol con el estómago vacío tendrán una concentración de alcohol en la sangre tres veces mayor que las personas que han comido adecuadamente antes de beber. Esto se debe a que los alimentos diluyen el alcohol y retardan el vaciado del estómago hacia el intestino delgado donde se absorbe el alcohol.
  • Personas diabéticas: los diabéticos pueden experimentar un aumento o caída repentinos y acusados de sus niveles de azúcar en la sangre a causa del alcohol. Éste puede evitar también que los medicamentos recetados para la diabetes funcionen correctamente.

Asimismo, las mujeres son más propensas generalmente que los hombres a sentir los efectos del alcohol, aun cuando tengan el mismo peso. La razón de esto es que ellas tienen una baja capacidad para diluir el alcohol ya que tienen menos porcentaje de agua corporal que ellos. Además, las mujeres tienen menos deshidrogenasa, una enzima hepática que sirve para descomponer el alcohol. También influyen los cambios hormonales premenstruales, los cuales suelen producir más intoxicaciones durante los días previos a la regla.

¿Qué hay que hacer cuando una persona sufra una sobredosis por alcohol?

Si alguna vez estamos con una persona que está sufriendo una intoxicación etílica, actuar correctamente y con rapidez puede evitar que la situación del afectado empeore gravemente. En caso de estar en una situación como esta, lo primero que hay que hacer es pedir ayuda médica. Sobre todo, no hay que esperar a observar varios o todos los síntomas de una sobredosis para hacerlo. Tan sólo si uno de los síntomas existe ya se recomienda llamar a los servicios médicos.

De igual forma, durante la espera a la llegada de la asistencia médica, se aconseja seguir una serie de acciones para mantener a salvo a la persona intoxicada. Una de las cosas más importantes que hay que hacer en caso de que la persona esté acostada en el suelo es ponerla de lado para evitar que se ahogue si está vomitando.

Es fundamental darle agua para que se mantenga hidratada e intentar, siempre que sea posible, que esté consciente. Y lo más importante, no dejar nunca a la persona sola por riesgo a hacerse daño y estar pendiente de los síntomas que pueda estar padeciendo. Así, cuando llegue la asistencia médica podremos dar información al personal sanitario como cuánto alcohol y de qué tipo ha tomado el afectado.

La importancia de la prevención

Sin lugar a duda, la prevención siempre es la mejor receta para evitar una sobredosis por alcohol. Para evitar el riesgo de sufrir una intoxicación etílica y los problemas que de ellos se derivan, lo mejor es beber con moderación.

Si se da el caso de tomar bebidas alcohólicas también es aconsejable hacerlo en un periodo largo de tiempo y no beber compulsivamente en espacios cortos de tiempo.

Finalmente, es importante tener en cuenta que, aunque beber con el estómago vacío puede ralentizar la absorción de alcohol en el organismo, una sobredosis alcohólica puede ocurrir igualmente.

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