Hoy en día, la vida sin Internet es casi impensable. Tanto jóvenes como adultos pasan horas y horas delante de las pantallas, ya sea por motivos laborales, porque necesitan de un dispositivo con Internet, como por puro entretenimiento, mirando vídeos en Youtube, curioseando las redes sociales o haciendo vídeos para TikTok.
Un factor determinante de Internet son las redes sociales. Por norma general, los expertos son los adolescentes. Casi todos tienen un perfil en Instagram, Twitter o Facebook, aunque este último ya no se utilice tanto entre los usuarios más jóvenes. Además, se han de sumar nuevas redes sociales como TikTok o Twitch que han tenido un incremento de usuarios durante la pandemia.
Los adolescentes suben fotografías a Instagram, cotillean a los demás usuarios, siguen a influencers, ven productos que están de moda en las redes sociales o explican lo que les sucede en Twitter. Incluso las redes sociales se han convertido en una fuente de información para los más jóvenes.
Estar demasiado activo en las redes sociales puede generar un trastorno de adicción a Internet. Es un término que se refiere a una patología que supone un uso abusivo de Internet, a través de diversos dispositivos que interfieren con la vida diaria.
¿Qué hago si tengo un hijo adicto a las redes sociales?
Si tienes un familiar adicto a las redes sociales no esperes que el problema se solucione solo o que esa persona reaccione sola. No va a disminuir las horas que pasa en las redes de manera voluntaria porque es inusual que suceda. Tienes que ser consciente que tiene una conducta adictiva porque padece de una dependencia del móvil y de las redes sociales, e igual que pasaría si tuviese una adicción con alguna sustancia, necesita la ayuda de profesionales. Igual cuesta más pedir ayuda si es un adicción sin sustancia porque se puede llegar a pensar que o bien no existe una dependencia tan fuerte o bien porque erróneamente se puede creer que la persona tiene más autocontrol y es más fácil que se desintoxique de manera autónoma.
Has de hablar seriamente con él para demostrarle tu preocupación y que se de cuenta de que es adicto porque muchas veces ni tan solo son conscientes. Hay tantas personas que dedican la mayor parte de su tiempo a redes sociales que ni tan solo se plantea la opción de que se puede sufrir un trastorno de adicción.
¿Cómo poner límites con el uso del móvil?
El refranero popular dice que es mejor prevenir antes que curar, así que lo mejor es establecer unos límites previos para que los adolescentes no desarrollen una adicción a las redes sociales ni a sus teléfonos móviles, como por ejemplo:
- Limitar su uso. Que exista un control parental para determinar la cantidad de horas y los lugares en los que se puede emplear. No utilizar el móvil en ciertas circunstancias, como en las comidas o cuando se está en compañía con más personas. Es importante establecer ciertas barreras y evitar que se utilice sin ningún tipo de control porque si no se ponen límites y se deja que los adolescentes sean los que deciden el cuándo y el cómo será más probable que acaben generando una adicción a sus redes sociales y a sus teléfonos móviles.
- Hacer actividades en las que no se puedan utilizar los móviles. Los jóvenes muchas veces utilizan los móviles porque están aburridos y no saben qué hacer. Puedes proponer hacer actividades que tengan relación con sus intereses y en las que no se puedan utilizar el móvil. Por ejemplo, si le gusta dibujar id a hacer un taller para desarrollar su creatividad, si le gusta el deporte puedes llevártelo a hacer una excursión por la montaña. Pasaréis tiempo juntos, hará alguna actividad que le motive y además no estará con el móvil durante un buen rato.
¿Cómo saber si mi hijo es adicto a las nuevas tecnologías?
Algunos de los síntomas que pueden avisar de que los jóvenes tienen un problema de adicción a las redes sociales y a las nuevas tecnologías son los siguientes:
- Pasar mucho tiempo con el teléfono móvil porque dedica una gran cantidad de horas a las redes sociales. Ya sea revisando sus propias redes como consumiendo contenido de otros usuarios
- Aislamiento social. Deterioro de las relaciones sociales para poder estar solo y tranquilo con el teléfono móvil
- Actitud agresiva si se le prohíbe utilizar el dispositivo móvil
- Ansiedad si no se puede revisar las diferentes redes sociales
- Necesidad de revisar constantemente las redes sociales, a pesar de que lo haya comprobado hace muy poco. Es un período de tiempo muy breve mira el móvil muchas veces para ver si tiene nuevas notificaciones
- Tienen la necesidad de grabar y hacer muchas fotografías. No puede disfrutar de las cosas sin sacar el teléfono móvil para dejar constancia
- Cambios de estado emocional
El peligro de las redes sociales
Las redes sociales suponen otros riesgos, a parte de la adicción que pueden llegar a generar a los jóvenes. Plataformas como Instagram o Youtube no se expone toda la vida sino una pequeña parte, la que más interese, normalmente solo se muestra lo bueno y además se hace de una manera idílica, es lo que deriva en el llamado «postureo». Representan la posibilidad de huir de la rutina y evadirse de la realidad.
Es muy fácil distorsionar la realidad en las redes sociales. Un ejemplo de ello es cuando la influencer Paula Gonu fingió un viaje a Ibiza sin salir de su casa. Falseó su contenido y consiguió engañar a casi dos millones de personas. Otro caso es el de Johanna Olson, una bloguera de viajes que confesó que todas sus publicaciones de paisajes paradisíacos, restaurantes exclusivos y hoteles de lujo eran montajes fotográficos.
Existen problemas relacionados con la privacidad y la suplantación de la identidad relacionados con los contenidos de las redes sociales. Todo lo que se sube a Internet va a dejar rastro y se va a quedar ahí para siempre. Una vez subida una fotografía perdemos el control sobre ella.
Las redes sociales pueden favorecer el ciberbullying y el contacto con desconocidos que pueden ser peligrosos. Es esencial enseñar a los adolescentes a poner distancia con desconocidos. Hoy en día, los adolescentes pueden mantener contacto con personas que no conocen personalmente, hay que concienciarles sobre el peligro que supone. Es muy fácil tener cuentas falsas y hacerse pasar por otra persona con malas intenciones. Además, pueden servir para generar y difundir fake news e incitar a retos virales peligrosos, como el de la ballena azul, que consistía en ir superando diferentes pruebas que ponían en riesgo la salud del participante hasta llegar a la última prueba: el suicidio.
Pide ayuda
Si necesitas ayuda con una adicción a las redes sociales, en Amasterapia te podemos ayudar. Es un centro especializados de adicciones en Valencia con un equipo de profesionales con conocimientos expertos que permitirán escoger el tratamiento que mejor se adapte a cada caso. Ofrecemos apoyo y asesoramiento a los pacientes y a su entorno más cercano. Acompañamos en todo el proceso para que la persona recupere su calidad de vida. Además, trabajamos en grupos reducidos que permiten un trato más individualizado y personalizado.
Contacta con nosotros y estudiaremos el caso para encontrar la mejor forma de ayudarte, tanto si eres la persona que sufre de la adicción como su familia, para conseguir nuestro principal objetivo: la rehabilitación e inserción total.