Vivir con un cocainómano puede resultar ser una experiencia de vida muy complicada. Las personas que se enganchan a la cocaína a menudo son difíciles de tratar y acaban desarrollando un estilo de vida arriesgado y poco saludable. En consecuencia, se generan una serie de problemas que afectan al hogar y pueden perjudicar la moral de los familiares y de los individuos que viven junto con el adicto bajo el mismo techo. Por ello, la mejor solución siempre es contar con mucha paciencia, empatía y saber cómo tratar a la persona dependiente en cada situación. Hoy te explicamos los 5 patrones de conducta que desarrolla un adicto a la cocaína para que sepas reaccionar correctamente.

Detectar el problema al vivir con un cocainómano

Con el paso del tiempo, a medida que crece su adicción, las personas dependientes de la cocaína van desarrollando poco a poco una serie de malos hábitos. Si estos no se corrigen en el momento oportuno, se vuelven muy difíciles de cambiar y pueden acabar marcando de forma permanente su conducta. De modo que al final hacen imposible la convivencia y la recuperación es cada vez una posibilidad más remota. Normalmente, estos comportamientos adquiridos por la adicción son repetitivos y, aún sabiendo que son perjudiciales, el enfermo es incapaz de evitarlos.

A pesar de que aún no se cuenta con toda la información sobre qué motiva a nivel cerebral este tipo de conducta por parte del adicto, hay un gran consenso por parte de muchos expertos en el campo de las adicciones. Éstos consideran que el remedio más eficaz se basa en las terapias que potencian la capacidad del cocainómano para desarrollar nuevos hábitos saludables y que puedan sustituir el consumo de la droga.

Vivir con un cocainómano: Los 5 comportamientos identificables

A continuación, te contamos los 5 comportamientos más habituales que pueden aparecer al vivir con un cocainómano. Éstos son señales indiscutibles de que realmente existe un problema con el consumo de cocaína y que debe tratarse cuanto antes mejor. Para sobrellevarlo, lo mejor es empezar enfocando los problemas uno a uno y tratar de resolverlos sin prisa. De este modo, se le puede otorgar a la persona dependiente la fortaleza suficiente para que decida dejarlo y empiece a mejorar su vida. Cuando el contexto se vuelve difícil de resolver, lo mejor es acudir a un centro de tratamiento de adicciones en Valencia para que puedan recomendarle la terapia más adecuada.

Aislamiento social

A pesar del estereotipo y la falsa creencia de que la cocaína vuelve más sociables y extrovertidas a las personas que la consumen, tiende habitualmente a incitarlas a sobrellevar un aislamiento social. Esta reclusión se va convirtiendo cada vez en un círculo más pequeño donde únicamente tienen cabida otras personas con el mismo problema o que viven de él. Como por ejemplo, los camellos.

Autoengaño

La mentira y el autoengaño es un recurso habitual en las personas que consumen drogas. Éstos sirven para escudarse de la realidad y no tener que enfrentarse a ella aceptando que tienen un problema. También sirven como método para seguir fomentando el consumo. Como por ejemplo, las excusas, los inventos para conseguir dinero, etc.

Comportamientos de riesgo

Vivir con un cocainómano implica que el adicto va a tomar cocaína a todas horas o siempre que pueda. Lo que se traduce en cambios bruscos en su personalidad que se manifiestan en acciones peligrosas y de gran riesgo. Como por ejemplo, exponer su integridad física ante conductas sexuales perjudiciales, accidentes de tráfico, peleas, problemas con las autoridades, etc.

Problemas de dinero

Desde un punto de vista económico, consumir cocaína sale muy caro. Es una de las drogas con un precio más alto y con una capacidad de adicción muy elevada. Lo que significa que la persona enferma puede llegar a ser tan dependiente de ella, que hará lo que sea con tal de conseguir más dosis de la droga. En consecuencia, vivir con un cocainómano lleva asociado tener siempre deudas pendientes, problemas financieros y otros conflictos del mismo carácter.

Estilo de vida insano

Una vez la persona se vuelve completamente dependiente de la droga, su vida acaba girando completamente entorno a ella. El adicto rehace su mundo para que la cocaína sea su principal motivación y sus pensamientos se basan siempre en cuándo volver a consumir. Por lo que, tras este trastorno de la conducta, la vida del individuo queda reducida únicamente a la toma del estupefaciente y excluye cualquier actividad ordinaria y habitual. Como por ejemplo, vestirse, hacer las compras, cocinar, mantener la higiene, hacer ejercicio físico, etc.

Amasterapia es un centro de terapias en Valencia que ayuda a las personas a tratar sus adicciones y trastornos de conducta. Contacta con nuestros profesionales y te recomendaremos la mejor solución a tu problema.