¿Cómo la adicción a la tecnología puede afectar a tus hijos?
A pesar de que pueda parecer un problema de conducta sencillo, la adicción a internet y a la tecnología es un tema muy serio. Las personas que la padecen acaban perdiendo la noción del tiempo, interfiriendo así en sus hábitos y responsabilidades cotidianas. Como resultado, dejan de tener el control sobre sí mismos y sus impulsos y sienten la necesidad de estar permanentemente conectados.
¿En qué consiste la adicción a la tecnología?
La adicción a la tecnología es una dependencia que pertenece a la clase de adicciones llamadas adicciones no químicas o adicciones sin droga, debido a que se trata de un trastorno de la conducta.
Los individuos que desarrollan adicción a la tecnología empiezan con una etapa de descubrimiento basada en el placer y en los cambios emocionales. Sin embargo, a medida que aumenta el ansia por utilizar este medio, pierden el control y no pueden parar. En consecuencia, estar conectados se convierte en una prioridad que sustituye a todas las demás. Este padecimiento acaba incidiendo sobre sus necesidades biológicas, sus tareas diarias, sus responsabilidades y sobre sus relaciones personales. El vínculo entre los amigos y la família se acaba degradando por la falta de mantenimiento afectivo.
Efectos de la adicción a la tecnología
Como ocurre con las adicciones con sustancia, la adicción a la tecnología también genera un síndrome de abstinencia en la gente que padece esta dependencia. Cuando no pueden conectarse, sufren una serie de síntomas que acaban afectando a su estado emocional y a su estabilidad psicológica. En consecuencia, estos cambios inciden en su conducta y en la forma en que interactúan con su entorno.
Los síntomas de adicción a la tecnología más habituales son:
- Malestar emocional
- Disforia
- Insomnio y problemas para conciliar el sueño
- Cambios de humor negativos
- Irritabilidad e inquietud
- Pensamientos centrados en el uso de internet, el móvil, las redes sociales, etc.
- Abandono de responsabilidades y necesidades biológicas
- Usar internet como tema principal en todas las conversaciones
- Reclusión social progresiva
La adicción a la tecnología en los adolescentes
Cuando no se pone freno a la adicción a la tecnología se acaba convirtiendo en una “bola de nieve”. Es decir, que el trastorno adictivo se hace cada vez más intenso, afectando a todos los ámbitos de la vida de la persona enferma y dañando de forma colateral a todos los que le rodean. Los principales afectados suelen ser la família y los amigos más próximos, al tratar de ayudarle a recuperarse sin éxito.
A pesar de que se trata de una enfermedad que puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, es más común entre los jóvenes y los adolescentes. En esta etapa generacional, los individuos se encuentran en un período de crecimiento tanto físico como emocional. Además, viven un proceso de aprendizaje continuo que les ayuda a descubrir su entorno y todo lo que pueden hacer en él. Un factor determinante que les vuelve más vulnerables ante la adicción a internet.
El progreso de la adicción a la tecnología puede deberse a dos características. Por un lado, por padecer otra adicción distinta o problemas psicológicos. Como por ejemplo, fobia a algún hecho concreto, un TOC o TDAH. En este caso, la dependencia sería un efecto secundario que funcionaría como válvula de escape ante una realidad desagradable y que no se quiere aceptar. Por otra parte, la adicción está directamente relacionada con los hábitos cotidianos y los modelos de aprendizaje. Si los padres y el entorno educativo no marcan unas normas y unos límites ante ciertos comportamientos abusivos, puede aparecer el trastorno adictivo.
Con el paso del tiempo, la dependencia sustituye a otras actividades aumentando así el grado de necesidad y el ansia por estar conectado. El adolescente pasa menos tiempo realizando sus deberes, pasatiempos o necesidades básicas, etc., o los hace rápidamente para poder terminar antes y conectarse a internet. A largo plazo, esta afectación acaba incidiendo en la productividad y el rendimiento. Dos hechos que pueden llevar al fracaso escolar y al abandono de las responsabilidades.
Señales de adicción a la tecnología
Existen ciertas señales que alertan cuándo un comportamiento abusivo puede volverse nocivo para la persona. Detectarlos a tiempo es fundamental para no aumentar el nivel de riesgo y padecer así un trastorno de conducta.
Las señales de adicción a la tecnología más importantes son:
- Reducir los tiempos de descanso con tal de permanecer conectado
- Ignorar otras actividades importantes, como el estudio, la higiene o las relaciones sociales
- Quejarse continuamente en relación al uso de internet. Por ejemplo, cuando la conexión falla o no puede acceder a él inmediatamente
- Tratar de pasar menos tiempo conectado sin poder conseguirlo
- Mentir sobre los usos que hace y el tiempo que pasa conectado a internet
- Aislarse socialmente y mostrar irritabilidad cuando hay interferencias de cualquier tipo mientras utiliza internet
- Experimentar un gran placer e incluso euforia al estar delante de un ordenador o dispositivo inteligente
¿Cómo saber si mi hijo es adicto a la tecnología?
Detectar la adicción es fácil cuando se trata de un familiar o un conocido cercano. Tan solo hay que prestar atención a su rutina diaria, analizar los posibles comportamientos abusivos y detectar qué peso ocupa internet en su vida. Hoy en día resulta más sencillo porque acceder a la red puede hacerse desde múltiples dispositivos y con una gran cantidad de finalidades. Por ejemplo, utilizar el ordenador, el smartphone, el reloj inteligente, acceder a las redes sociales, consultar el correo electrónico, etc.
Una persona adicta a las redes sociales o a internet negará su dependencia y tratará de normalizar la situación, a pesar de los problemas que le haya causado. Sin embargo, pasar tanto tiempo conectado le hace perder habilidad para relacionarse con otras personas. De modo, que de forma gradual puede volverse un “analfabeto relacional” y tener mayor dificultad para interactuar con todo lo que sucede a su alrededor.
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